Publicado por primera vez por: What Is It Like To Be A Philosopher? & HedWeb
Fecha: Noviembre de 2022
Marzo 2023: tr. Portugues Brasilero
Abril 2023: traducción al español

¿QUÉ ES SER FILÓSOFO?

David Pearce sobre cómo es ser filósofo

Clifford Sosis entrevistas David Pearce
David Pearce on What Is It Like To Be A Philosopher


CS: ¿Dónde creciste? ¿Cómo era tu familia?

DP: Crecí en una villa llamada Burpham, cerca de Guildford, en Surrey. Mis padres, mis cuatro abuelos y tres de mis ocho bisabuelos eran vegetarianos. Mi abuela paterna era antroposofista; se convirtió desde el zoroastrismo en 1930. Su único hijo, mi padre, era cuáquero. Mis abuelos y bisabuelos maternos eran originarios de los barrios populares de Manchester. Mi bisabuela acostumbraba cantar La Internacional afuera de la prisión Strangeways en apoyo a los objetores de conciencia de la Primera Guerra Mundial. Prefirió adoptar el vegetarianismo junto a mi abuela antes que sacrificar otro conejo para la cena: la vida en el norte era dura. Mis bisabuelos recibieron a miembros del Kindertransport antes de la Segunda Guerra. Su nieto, mi tío vegano pacifista, fue a prisión por negarse a servir en las fuerzas armadas o realizar cualquier trabajo relacionado con la guerra. Su nieta, mi madre, pertenecía a la Orden de la Cruz, una pequeña ramificación mística que veneraba a Dios Padre-Madre. Mi madre obtuvo su título en Cambridge después de la guerra. Se esperaba que las jovencitas que recibieran visitas masculinas dejaran sus camas afuera para disuadir la inmoralidad. Aún despechada después de un amorío con un racionalista, conoció a mi padre. Tuvieron tres hijos, de los cuales soy el mayor. En resumen, vengo de una familia religiosa de fuertes compromisos éticos. Lamentablemente, carezco de esa naturaleza espiritual. Asistí a reuniones cuáqueras de niño, pero Dios nunca se dignó a hablarme. A los 10 u 11 me convertí en racionalista científico secular.

CS: ¿Qué te interesaba de niño?

DP: Me preocupaban la muerte y la vejez. En particular, me afligía la existencia de depredadores carnívoros, los cuales deseaba que fueran reformados o jubilados. A la edad de cuatro o cinco años, rescataba hormigas heridas y gusanos disecados del camino en nuestro jardín. Años después, me decidí a encontrar la cura al envejecimiento. Por desgracia, descubrí que los detalles biológicos y genéticos eran un desafío demasiado grande, por lo que decidí congelarme criónicamente antes de llegar a la vejez. Con el tiempo, mi visión sombría de la existencia se agudizó. En mi adolescencia, empecé a preocuparme por el sufrimiento y el proyecto abolicionista.

CS: ¿En qué te parecías y en qué diferías del resto de tu familia y amigos?

DP: Probablemente, una inteligencia avanzada encontraría que todos los humanos (quizás, incluso, todos los miembros del reino animal) nos parecemos bastante. Pero, como la mayoría de la gente, yo me creía en el centro de la realidad. A pesar de mi carácter depresivo y mi baja autoestima, me consideraba especial. Tras leer el El Gen Egoísta de Richard Dawkins, me di cuenta de que era presa de una ilusión genética adaptativa.

CS: De adolescente, ¿disfrutaste la escuela?¿Qué pasaba por tu mente, en general?¿Había algo que te apasionara y, de ser así, qué?¿Qué hacías para divertirte?

DP: Me eduqué en la escuela local, la cual no me entregó beneficio alguno, solo daño emocional: la mayoría de los humanos masculinos jóvenes no se comportan con mucha amabilidad entre ellos. Crear inteligencia biológica que sea amigable con la sintiencia resultará ser más difícil que crear inteligencia artificial que se comporte amigablemente con seres sintientes. Yo era un niño melancólico y muy introspectivo sin amigos cercanos. En mi casa, solía leer una mezcla de historia, ciencia ficción y ciencia popular. En mi adolescencia, estaba obsesionado con aprender sobre, lo que en ese entonces se denominaba, los centros del placer. Parece que el estimular el sistema dopaminérgico mesolímbico de forma intracraneana no genera tolerancia. Eureka. Podríamos vivir todos en perpetua felicidad. Me decepcionó descubrir que nadie parecía compartir mi entusiasmo por la felicidad perpetua traída por intervenciones intracraneanas. Me convencí de que se necesitaría una solución más enrevesada. Debemos conservar la sensibilidad a la información. ¿Pero cómo?

CS: ¿Hubo alguna señal de que terminarías siendo filósofo?

DP: Cuando uno condensa su historia de vida le da a su existencia una coherencia narrativa de la que, en realidad, carece.

CS: ¡Muy cierto!

DP: Dicho esto, como a los trece años, compré Philosophy Made Simple de un vendedor de periódicos. Este influyente trabajo me convirtió en algo que se parecía a un filósofo, aunque esa no es una etiqueta que un británico normal admitiría fácilmente. Solía reflexionar largo y tendido sobre por qué existe algo en vez de nada. ¿Cómo sería la ausencia total de propiedades? También meditaba sobre los misterios de la consciencia y la percepción. Cuando perdí la fe en el realismo perceptivo ingenuo perdí consigo también mi inocencia infantil. Me aquejaba terriblemente el que los habitantes de mi simulación fenoménica del mundo fueran zombies; avatares de seres sintientes hipotéticos que existían fuera de mi cráneo trascendental. Lo peor es que no podía entender (ni aún puedo entender) cómo naturalizar el significado semántico ni superar el espectro del solipsismo semántico. Esta incapacidad acrecentó mi soledad adolescente más allá de mi realismo inferencial sobre la realidad externa. La fábula de los mundos oníricos lúcidos que acuñé años después todavía captura mi sentido del predicamento humano.

CS: ¿Eres todavía ese joven reflexivo en tu interior?

DP: Hasta cierto punto. Solía pasar horas de introspección al día en un frenesí de angustia adolescente. Desde temprana edad, tuve la costumbre de mecerme de adelante hacia atrás en la oscuridad de mi cuarto, con los ojos cerrados y escuchando música pop, mientras pensaba en la naturaleza del pensamiento, la percepción y la realidad. Mi mamá jura que maté dos sofás de tanto mecerme. También dice que fue como criar a un niño con discapacidad. Quizás. Supongo que tengo el temperamento de filósofo por excelencia. Cuando leí cómo las personas inteligentes a lo largo de la historia habían vivido tan engañadas tomé la determinación de no caer en el mismo error. Me tomé el escepticismo en serio, así como la posibilidad de que estuviera equivocado sobre todo. Es una posibilidad que me tomo en serio incluso hoy.

CS: Da la impresión de que eras un tipo serio. ¿Qué hacías para divertirte?

DP: La diversión no tenía mucha importancia en mi vida.

CS: Si la persona que eras antes de entrar a la universidad conociera a la persona que eres ahora, ¿qué reconocería? ¿Qué le impresionaría?

DP: Mis tocayos ancestrales tenían una tendencia fanática por la verdad. Iteraciones previas de D.P. se sorprenderían de saber que ahora añoro la ignorancia. Mi romance con el conocimiento terminó. Ahora deseo que toda la era darwiniana sea olvidada como un mal sueño. Pero los ingenieros que diseñen el paraíso del mañana requerirán de un entendimiento profundo de la realidad, al menos para poder reformar el genoma y crear estados de bienestar que incluyan a otras especies. El conocimiento sobre la realidad es un mal necesario que dará paso (espero) a algo más civilizado.

CS: Hablando de conocimiento, ¿dónde fuiste a la universidad? ¿Te gustó?

DP: Gané una beca para estudiar Política, Filosofía y Economía (PPE, por sus siglas en inglés) en Oxford, pero nunca terminé la carrera. Me decepcionó la filosofía al estilo de Oxford. La filosofía del lenguaje ordinario había perdido popularidad, pero la influencia del Wittgenstein tardío ("la filosofía deja todo como es") permanecía.

CS: ¿Te interesa la política?

DP: Mi involucramiento más cercano con la política ortodoxa fue cuando me convertí en la cabeza de los Socialistas Jóvenes del Partido Laboral de Oxford. Pero mis ideas sobre el veganismo a nivel global, la recalibración hedónica y la reprogramación de la biósfera no hicieron eco con la política partidista ortodoxa.

CS: ¡Ja! ¿Y las drogas?

DP: Poco después, exploré la psicodelia. Este verdadero método empírico desvela reinos de existencia que la superficialidad de mi racionalismo científico ni siquiera había concebido. Quebró en pedazos mi modelo conceptual. El único descubrimiento científico del que tuve conocimiento y que siquiera se acercó al impacto que me causó la psicodelia fue la interpretación de estado relativo de Hugh Everett (RSI)de la mecánica cuántica, la cual al día de hoy aún me perturba profundamente.

CS: ¿Cuáles son tus drogas favoritas y por qué?

DP: El empatógeno MDMA ("éxtasis") produce euforia y ganas de abrazar. Al tomarlo, se crea una versión idealizada de ti mismo, un profundo amor por ti y los demás, y una sinceridad ingenua. Con el MDMA, todos amamos a todos, todos confiamos en todos. La droga desencadena la liberación de toneladas de oxitocina. De ahí nace que con ella seamos sinceros sobre nosotros mismos, honestos sobre nuestras emociones y también su potencial terapéutico. Los sentimientos y emociones se intensifican. Análogos de MDMA que sean seguros y sostenibles -o, mejor aún, una reforma genómica orientada a crear consciencia de tipo MDMA durante la vida entera- es mi visión del paraíso: amor universal, sesiones de abrazos y una belleza mágica que lo permea todo y a todos. Lamentablemente, esta no es necesariamente mi predicción para el futuro de la sintiencia. Y el MDMA en sí mismo acarrea demasiados riesgos como para adoptarlo de forma extendida. En el mundo real, no bebo, fumo ni consumo sustancias exóticas. Sí consumo un régimen dopaminérgico de selegilina y amineptina junto a café negro, té verde y Red Bull sin azúcar - consciencias darwinianas para un mundo darwiniano.

CS: Tras la universidad, ¿qué pensabas de la academia?¿Uvas agrias?

DP: Mis ideas sobre la academia eran injustas y simplistas. Solía asociar la universidad con escolasticismo árido. Mi tocayo ancestral tenía un compromiso profundo con el conocimiento. La ciencia se supone que sea un emprendimiento empírico ("relacionado con la experiencia"). Lo único que cada uno de nosotros sabe de forma directa es el contenido subjetivo de nuestro propio cerebro-mente: la realidad externa es una hipótesis, no una "percepción". A pesar de esto, el método de investigación empírica que nos permite expandir nuestra base evidenciaria era considerado tabú desde una perspectiva científica y filosófica. Así, podías ser un filósofo profesional -y, de hecho, aún puedes serlo- y nunca investigar de forma experimental nada más esclarecedor que el alcohol etílico. El siglo pasado, la idea de una ciencia de la mente posgalileana era una quimera y, a pesar del dizque renacimiento psicodélico, aún sigue siendo una fantasía. En mi opinión, el materialismo científico ha sido una catástrofe para el conocimiento y eso que soy una persona con tendencia a balbucear tonterías sobre neurociencia, que consume noticias sobre ciencia de forma regular y que puede hablar sin cesar sobre reformar genomas, las maravillas de la biología molecular y el éxito del Modelo Estándar de la física. En mi opinión, los químicos y físicos materialistas han malentendido de forma drástica la naturaleza intrínseca de la materia y la energía. Los neurobiólogos han malentendido el SNC como un montón de neuronas clásicas que han sufrido decoherencia. Un grupo de neuronas clásicas no podría generar una mente que corriera un simulación del mundo que se sintiera subjetivamente clásica como estamos haciendo en este momento (Véase. The binding problem).

Siendo más sobrios, este siglo he revertido al mismo escolasticismo árido que mis tocayos ancestrales antes despreciaron. Estoy retirado como psiconauta. Tristemente, hay razones para ser prudente y renunciar al método empírico: las mentes darwinianas son demasiado sombrías. Primero, debemos arreglar nuestros circuitos neuronales de recompensa. Sin embargo, todavía estoy convencido de que la consciencia darwiniana estándar es un mero charco superficial que reposa sobre un vasto océano de a href="https://qualiacomputing.com/archives/">estado-espacios de experiencia que escapan a la comprensión humana.

CS: ¿Qué es la mente darwiniana?

DP: Primero, una advertencia. A pesar del triunfo de la Síntesis Moderna, la evolución por selección natural no explica nuestras mentes dotadas de unión fenoménica en un sentido profundo. Daniel Dennett mantiene un optimismo irremediable: La Peligrosa Idea de Darwin. Un cerebro-mente completo podría armarse desde cero en un laboratorio a partir de materiales moleculares, como los "mini-cerebros" de la actualidad. Tu duplicado molecular ahistórico en teoría sería idéntico a ti de manera subjetiva. Ejecutaría el mismo tipo de simulación fenoménica del mundo. Dicho de otra forma, estamos hablando de propiedades de la materia y la energía que son intrínsecamente subjetivas y permanecen científicamente inexplicables. La génesis de nuestras mentes a través de millones de años de evolución es un hecho histórico contingente y no una propiedad esencial de su naturaleza. Lo que es más, una ontología materialista de campos de no-sintiencia no puede explicar las propiedades de ninguna mente, ya sea evolucionada naturalmente o en un laboratorio.

Dicho esto, sigue siendo conveniente hablar de mentes "darwinianas" que han evolucionado bajo la presión de la selección natural con el fin de maximizar la aptitud inclusiva de ADN autorreplicante. La evolución por selección natural es un proceso que crea variedades despiadadas de sufrimiento. La insatisfacción aumenta la adecuación biológica. El sufrimiento mental y físico hacen lo mismo. Las mentes darwinianas suelen ser celosas, rencorosas, malintencionadas, envidiosas, resentidas, competitivas y ambiciosas. Las mentes darwinianas tienen comportamientos cuasi-sociopáticos las unas con las otras, ni hablar de hacia miembros de otras especies. La manera en que abusamos sistemáticamente de nuestros parientes en granjas industriales y mataderos parece salida directamente del Infierno de Dante. Las mentes darwinianas son malware sintiente. Cuando hablo de "mentes darwinianas", me refiero en particular a mentes que corren simulaciones egocéntricas del mundo y que han sido dotadas de un eje dolor-placer (a diferencia de un eje de placer-superplacer posdarwiniano) y maldecidas con todos nuestros peores atributos. La egolatría psicótica de nuestras mentes darwinianas es genéticamente adaptativa y éticamente catastrófica.

Las mentes darwinianas comprenden apenas una pequeña fracción del estado-espacio de todas las mentes posibles. Si, por ejemplo, mentes amorosas parecidas a las que crea el consumo de MDMA junto con sus simulaciones de mundo color de rosa hubiesen sido adaptativas en nuestro ambiente ancestral, no hubiera sido más difícil, desde un punto de vista técnico, para la selección natural diseñar estas mentes hermosas de lo que fue crear nuestro malware darwiniano. Lamentablemente, la maldad --por decirlo burdamente-- es adaptativa. Sin embargo, estamos ad portas de una discontinuidad enorme en la evolución de la vida. El control inminente de nuestro código fuente genético promete darnos acceso a estados de consciencia antes prohibidos por la selección natural. La revolución biotecnológica le entrega al malware darwiniano la oportunidad de sacarse a sí mismo del infierno y alcanzar el paraíso. La sintiencia del mañana será diseñada con precisión. La consciencia transhumana tendrá código fuente con edición de base. Las mentes del futuro conocerán la superfelicidad de manera innata. Las mentes posdarwinianas serán optimizadas para la salud mental, la racionalidad al estilo de la teoría de la decisión, y la moralidad; a pesar de que los valores morales son totalmente diferentes en un mundo donde no existen las experiencias bajo el cero hedónico: El futuro de la sintiencia.

CS: Me imagino a alguien leyendo esto y pensando que te interesan los cristales mágicos o algo así.

DP: Estoy consciente de que mi discurso suena excéntrico o incluso New Age. Déjame recalcar lo siguiente: soy partidario del fisicalismo monista y creo que las ecuaciones de la física matemática describen de manera formal y exhaustiva la realidad. Pero en mi opinión, nuestro entendimiento de las propiedades intrínsecas de la materia y la energía recién comienza.

CS: ¿Qué hiciste en el periodo después de abandonar la universidad y antes de publicar El imperativo hedonista?

DP: Viajé por el mundo; aunque mi idea de una aventura en el extranjero es conversar con amigos en cafés de lugares exóticos y no tanto hacer dedo por los Himalayas. Mis amigos me encontraban extraño, pero de cierta forma soy profundamente británico; esa rareza es parte de mí.

CS: ¡Ja! ¿Era filosofía a tiempo completo o perseguías otros proyectos?

DP: Me mantuve de orientación filosófica. Intenté escribir una novela, pero fallé.

CS: Durante ese tiempo, ¿tuviste dudas sobre tus decisiones y opiniones?

DP: Hasta que surgió la World Wide Web moderna, no tenía la menor idea de qué hacer con mi vida fuera de perseguir la curiosidad por la existencia. Para bien o para mal, supuse que mis ideas sobre el proyecto abolicionista y la ingeniería del paraíso eran impublicables. Lo mismo mis ideas sobre la filosofía de la mente y la metafísica científica. Mi temperamento no está hecho para una carrera política, así que no hubiese tenido oportunidad de tener éxito ahí. Si no fuera por el Internet, posiblemente hubiese desaparecido sin dejar rastro.

CS: ¿Cómo han cambiado tus ideas?

DP: En 1991, leí Mind, Brain and the Quantum: The Compound 'I' del filósofo Michael Lockwood. El título es ominoso, lo sé, pero quedé intrigado. Aunque Lockwood rechaza el pansiquismo, su trabajo contribuyó a formar mi propio fisicalismo no materialista (término que proviene del difunto Grover Maxwell). Al fisicalismo no materialista a veces se lo conoce como pansiquismo constitutivo, aunque este término es engañoso. "Pansiquismo" evoca la idea de un dualismo de las propiedades. El fisicalismo no materialista es monista: es una conjetura sobre la naturaleza intrínseca de lo físico, aquella misteriosa "flama" al centro de las ecuaciones de la teoría del campo cuántico. Lo físico es lo único real, pero la esencia del campo cuántico difiere de nuestras intuiciones materialistas.

También en 1991, leí PiHKAL. En mi opinión, Alexander ("Sasha") Shulgin ha contribuido tanto a nuestro conocimiento como Newton, Einstein y Turing. La magnitud de los logros de Sasha es difícil de transmitir a alguien que no ha experimentado con drogas. Pero a modo de analogía, imagina que has vivido toda tu vida dentro de un sueño y luego descubres una herramienta para crear acceder a la consciencia de estar despierto. Sasha diseñó cientos de estas herramientas para acceder a cientos de estado-espacios de la consciencia alienígenas, cada uno tan diferente como lo es estar despierto de estar soñando, así como una metodología correspondiente. Nos escribimos de forma errática, pero lamentablemente solo tuve el privilegio de conocerlo en persona (The Sorcerer's Apprentice) poco antes de su muerte en 2014.

CS: ¿Cómo se estudia de manera científica los aspectos no materiales de lo físico?

DP: Bueno, en lo que a mí respecta, ninguno de los aspectos de lo físico son materiales. Si el argumento de la naturaleza intrínseca es sólido, la experiencia desvela la esencia de los campos cuánticos fundamentales del mundo. La unión fenoménica que crea simulaciones virtuales del mundo, y no la subjetividad per se, es lo que hace especiales a las mentes animales darwinianas. Nuestra creencia en un mundo material, apoyada en el sentido común, nace de (1) una teoría obsoleta de la física clásica, (2) un entendimiento erróneo del problema de la medición de la mecánica cuántica y (3) una teoría precientífica de la percepción.

OK, déjame desentrañar un poco esa ensalada de palabras.

Formalmente, todas mis suposiciones se enmarcan dentro de la función de onda universal de la mecánica cuántica moderna de evolución únicamente unitaria. La mayoría de los monistas de la función de onda, como Sean Caroll, son materialistas. Los fisicalistas materialistas se ven enfrentados a la dificultad de resolver el Problema Difícil de la consciencia. De hecho, el materialismo es inconsistente con la totalidad de la evidencia empírica. Puesto que la consciencia agota la evidencia empírica; uno no tiene nada más con lo que seguir. Así que mi hipótesis de trabajo es el fisicalismo no materialista, esto es, la experiencia expresa la naturaleza intrínseca de lo físico que el formalismo matemático de la teoría del campo cuántico describe.

CS: Fisicalismo no materialista... ¡explícame!

DP: De seguro una roca es de lo más físico que se puede encontrar, ¿no?
¡No es así! Yo defiendo un modelo de la "percepción" que comprende una simulación del mundo/realismo inferencial.

Según el realismo inferencial, lo que los realistas ingenuos conciben como objetos materiales son facetas de nuestra mente al igual que los pensamientos y emociones. Los objetos que parecen ser "materiales" y que poblan tu simulación fenoménica del mundo (como tu computadora, la imagen de tu cuerpo, tus seres queridos y un avión en el horizonte) son todos propiedades fenoménicas de tu mente. Estos ítemes tan "materiales" de nuestra amueblado mental pueden fácilmente ser estudiados por la comunidad científica. Esto sucede porque durante la vida consciente su comportamiento co-varía de forma causal con los patrones adaptativos de la realidad extracranial (y que inferimos teóricamente) que yace fuera de tu cráneo trascendental (y que también inferimos teóricamente) y porque los objetos fenoménicos que parecen materiales en tu simulación de mundo clásico mientras estás despierto son típicamente similares a los míos.

Los mundos de física clásica que son seudopúblicos y sujetos a leyes y que se hacen pasar por una realidad compartida externa son una característica adaptativa de las mentes darwinianas. Este tipo de mundos virtuales explican nuestro éxito evolutivo.

Este modo de hablar puede sonar antirrealista, quizás de forma similar a la "teoría de interfaz" de la percepción de Donald Hoffman.

CS: Entonces, ¿es el mundo como parece ser?

DP: Soy tanto realista como fisicalista. La realidad precede a la existencia de mundos fenoménicos por mucho. Cualquier otra explicación que no sea el realismo y el fisicalismo transforma el éxito tecnológico de la ciencia moderna en un milagro. Pero para contestar a tu pregunta, es necesario combinar la metodología de la ciencia materialista tradicional con las metodologías de las cuales el psicofarmacólogo Sasha Shulgin fue pionero en PiHKAL y (viendo hacia el futuro) tecnologías de "mezcla mental" reversibles sugeridas por las gemelas unidas Hogan. En mi opinión, la ciencia apenas ha comenzado a entender las propiedades intrínsecas de la materia y la energía.

CS: En 1995, publicaste de forma independiente El imperativo hedonista. Cuéntame sobre el proceso de escribirlo. ¿Cuál era tu plan y tu objetivo?

DP: Escribí El imperativo hedonista (IH) en más o menos seis semanas. Había empezado a tomar selegilina, un inhibidor selectivo de MAO-b (2 x 5mg al día). Después de muchos pasos en falso y comienzos fallidos, finalmente logré desterrar la melancolía que mancilló mi juventud temprana. Escribir implica tomarse a uno mismo más en serio de lo que la evidencia apoya. No había desarrollado delirios mesiánicos, pero creía que el IH era el futuro de la sintiencia; una propuesta bastante osada. En un principio, mi audiencia hipotética estaba compuesta de filósofos analíticos, un grupo bastante limitado. A la mitad de escribir mi manifiesto, me di cuenta de que la Web permitía comunicarse con cualquier persona en el mundo. Así que lo hice un poco más entretenido. El texto sigue estando bastante cargado de terminología académica filosófica y en la actualidad no escribiría algo con un estilo tan obtuso. Pienso que abolicionist.com ofrece una perspectiva más clara del proyecto abolicionista.

Pero el mensaje central del IH todavía es mi credo: a saber, que podemos y debemos remplazar la biología del dolor y el sufrimiento con una arquitectura mental que esté compuesta en su totalidad por gradientes de bienestar.

Tenía dudas sobre el título, una referencia a Kant. "IH" no es del todo impreciso: realmente promuevo (y auguro) una civilización "hedonista" que esté basada en gradientes de dicha sobrehumana. Me hubiese gustado llamar a mi manifiesto "Nuestra obligación moral de usar la biotecnología para erradicar el sufrimiento del mundo viviente", pero no tendría la misma chispa. También sucede que, en 1995, el genoma humano no había sido decodificado aún, la carne cultivada era mera ciencia ficción, y era totalmente desconocida la idea de usar impulsos genéticos sintéticos para manejar ecosistemas marinos inaccesibles. Me vi obligado a sugerir la idea de nanobots Drexlerianos autorreplicantes para rescatar ecosistemas marinos. Pero hice pública la idea: toda la vida sintiente en el futuro del cosmos podría estar basada en gradientes de dicha sensible a la información.

CS: ¿Consideraste o intentaste publicarlo de manera convencional?

DP: En realidad, no. Fui ingenuo al pensar que los medios de publicación tradicional se volverían irrelevantes, así como algunos profetas de la actualidad piensan que la Web3 se tragará a la Web 1.0 y 2.0.

CS: ¿Fue la recepción como anticipaste? ¿Fue un éxito inmediato?

DP: Si lo comparamos con la recepción que tienen los "influencers" modernos o una estrella de TikTok haciendo rutina de baile popular, ¡supongo que el impacto fue moderado! Pero mis ideas fueron conocidas por primera vez en mi vida más allá de mi círculo cercano de amigos. Un joven estudiante de posgrado de nombre Nick Bostrom leyó el IH y se puso en contacto conmigo. Juntos establecimos la Asociación Transhumanista Mundial/Humanity Plus. Motivado por esta recepción, creé un montón de otros sitios web con temática del IH. Pero la veta madre que es hedweb.com todavía levanta la bandera de la revolución de la biofelicidad: un mensaje revolucionario transmitido a través del diseño web del siglo XX que hoy es anticuado, pero pintoresco.

CS: ¿Qué te dijo Bostrom cuando te escribió? ¿Cómo ha evolucionado su amistad?

DP: Nick leyó el IH. Me envió amablemente por correo algunas objeciones y cosas que le preocupaban. Hice mi mejor esfuerzo para responderle. Luego, nos reunimos y hablamos. Una cosa llevó a la otra y terminamos fundando la Asociación Transhumanista Mundial ((H+) para luego trabajar arduamente en establecer los principios centrales del transhumanismo: La Declaración Transhumanista (1998, 2009). Sin embargo, siempre hemos diferido en nuestras preocupaciones: Entrevista con Nick Bostrom y David Pearce

A mí me preocupa principalmente eliminar la biología del sufrimiento y diseñar un paraíso como guinda sobre la torta. A Nick siempre le ha preocupado el riesgo existencial, disciplina que ayudó a fundar, y le interesaba mayormente la idea del IH de una arquitectura motivacional que estuviera basada principalmente en gradientes de felicidad. Nunca conseguí convencerlo de ser vegetariano (aunque es partidario de la carne cultivada) y le parecía que la idea de reparar el sufrimiento animal en la naturaleza era bastante loca. Pero nuestra mayor distancia intelectual está dada por la creencia de Nick de que la vida es fundamentalmente buena, mientras que yo pienso en la realidad misma como fundamentalmente malvada. A Nick le horroriza mi utilitarismo negativo que es capaz de apretar un botón para acabar con el universo. Quizás los estudiantes de la ironía humana puedan regocijarse al descubrir que uno de los fundadores de la investigación sobre riesgos existenciales llegó a formar equipo con un utilitarista negativo que no dudaría en iniciar una transición de fase de vacío (o una onda expansiva de utilitronio) si se le presentara la oportunidad. La vida darwiniana contiene muchas ironías, algunas más crueles que otras. Confío en que los utilitaristas negativos podemos ser relegados a la historia junto con el sufrimiento que les dio origen.

CS: ¿Cuál de tus ideas es la más malentendida?

DP: Bueno, he escuchado que mi intención es "exterminar" a los depredadores, algo que es diferente de querer reprogramarlos o convertirlos en herbívoros. Otros críticos se han colgado de mi utilitarismo negativo: sí, en un mundo de fantasía, apretaría un botón imaginario de APAGADO para acabar para siempre con este espectáculo de terror que llamamos la vida darwiniana. Pero el hecho de que promueva una revolución de la biofelicidad debería dejar claro que la forma de arreglar el problema del sufrimiento es la reforma genómica y no planear un apocalipsis, diseñar una transición de fase de vacío y ni siquiera el antinatalismo "duro" al estilo de Benatar, pues cae víctima de las presiones selectivas.

CS: ¿Y las objeciones más populares, pero más débiles?

DP: ¡No hay dulce sin amargo! La objeción más débil es también todavía la más popular. Se nos dice que el placer y el dolor son, en su mayor parte, si no es que en su totalidad, relativos. Que el dolor y el placer son tan esenciales el uno para el otro como lo son las cargas eléctricas positivas y negativas. Por lo tanto, se equilibran.

Al ser cuestionados, estos críticos reconocen que existen personas que sufren de dolor crónico y depresión de por vida. No es para nada obvio que el síndrome contrario, una arquitectura mental y motivacional basada por completo en gradientes de bienestar sensibles a la información, sea conceptualmente más radical que su opuesto. Pero la mayoría aún se resiste a esta posibilidad. Por eso estudiar los casos de hipertímicos extremos es importante. Esos casos atípicos de hoy con estructura hedónicas extravagantes podrían ser la norma en el futuro.

CS: En teoría, ¿cuáles son, en tu opinión, los mayores desafíos que deben enfrentar las ideas presentadas en El imperativo hedonista?

DP: Dejemos de lado por ahora mi preocupación nacida de la interpretación de la mecánica cuántica y mis miedos de que podamos estar viviendo en un multiverso de tipo Everett. Consideremos solamente la cosmología espaciotemporal tradicional y nuestro cono de luz futuro. Creo que el principal obstáculo para el IH es la reproducción sexual tradicional. Si no llega a haber una revolución de "bebés de diseñador", como anticipo, entonces el dolor y el sufrimiento persistirán de forma indefinida; y, de hecho, proliferarán. Esta preocupación pesimista no tendría sustento si el dolor y la depresión fueran ampliamente considerados como trastornos genéticos heredables. Si (la predisposición a) los estados hedónicos bajo cero fueran considerados de manera similar a la fibrosis quística o la anemia de células falciformes, es decir, trastornos genéticos que deben ser curados, su firma genómica podría ser eliminada gradualmente a lo largo de los próximos 100 a 150 años, quizás incluso antes. Por desgracia, este no es el caso.

CS: Suena a que piensas que los "bebés de diseñador" serán inevitables…

DP: Bueno, imagina el mundo dentro de unas décadas. El conocimiento neurocientífico ha progresado a una etapa en la que los humanos poseen las capacidades técnicas para establecer un rango hedónico aproximado, los puntos de ajuste hedónicos y la tolerancia al dolor de sus futuros hijos. Dicho de otra forma, ser cómplice del sufrimiento no es algo que se mantenga escondido. El nivel de sufrimiento de la vida en la Tierra pronto será un parámetro ajustable. Como mínimo, algunos padres optarán por tener bebés que sean felices de forma innata; o incluso superfelices. Dicho de forma burda, los niños felices son "ganadores", además de que es más divertido criarlos. Después de algún tiempo, ¿cuántos padres querrán tener --o arriesgarse a tener-- hijos triste y llenos de sufrimiento? Así, la presión selectiva se intensificará en contra de los alelos y combinaciones alélicas más crueles del genoma humano a medida de que los padres escojan la composición genética de sus hijos anticipándose a los potenciales efectos de sus decisiones. Lamentablemente, tengo que enfatizar el "con el tiempo". En el intertanto, seguirá existiendo sufrimiento terrible y sin sentido. La lotería genética del presente es una fábrica de sufrimiento a una escala inimaginable.

CS: ¿Otros obstáculos?

DP:: Soy moderadamente optimista de que la revolución tecnológica de carne cultivada remplazará a la agricultura animal este siglo. Incluso la depredación, y el sufrimiento animal en la naturaleza en general, es un problema sumamente resoluble. Pero la escala de tiempo en que ocurrirá una revolución de la reproducción completa en humanos es incierta.

CS: ¿Intentas conectar tu trabajo con los trabajos técnicos en filosofía académica?

DP: Los buenos escritores conocen a su audiencia. En esto me quedo corto. No soy un académico profesional ni un escritor popular. Espero que la filosofía académica, y también la ciencia popular, generen más contenido sobre el tema del IH. La revolución de la biofelicidad merece ser popularmente masiva. CS: Eres realmente un hedonista consistente?

DP: Me encantaría darle más sabor a esta entrevista con historias sobre desenfreno hedonista y excesos extravagantes. Pero soy un abstemio célibe de hábitos austeros.

CS: ¿Dirías que Darwin fue más importante que Platón?

DP: Pareciera ser que Darwin tomó prestada su teoría de Patrick Matthew. Pero decir que Matthew fue más importante que Platón suena raro. No estoy seguro de que haya una respuesta objetivamente correcta a tu pregunta. Pero fenómenos tan diversos desde la evolución por selección natural hasta el darwinismo cuántico de Zurek son explicables por la fecunda idea central de Darwin (o, en realidad, Matthew). Por ejemplo, el darwinismo universal, idea que busca generalizar los mecanismos de la variación, selección y herencia a partir de lo propuesto por Matthew.

CS: ¿El futuro de la humanidad?

DP: ¿Este siglo? Me temo que guerra nuclear. Siendo un poco más optimistas, la predicción tentativa derivada del IH de que la última experiencia bajo el cero hedónico ocurrirá en una fecha concreta dentro de algunos siglos es al mismo tiempo extremadamente específica (¡no más sufrimiento!) y terriblemente vaga: ¿qué harán los transhumanos con sus eones de cuasi-inmortalidad? Es claro que los humanos arcaicos no sabemos la respuesta: solo estoy adivinando. Pero una razón para enfocarse en rangos y puntos de ajuste hedónicos es que el tono hedónico (en mi opinión) tiene importancia ética más que los objetos intencionales particulares, es decir, "aquello" por lo cual los transhumanos y poshumanos serán felices.

Aún así podemos especular. ¿Qué tipo de objetos intencionales celebraría la sintiencia del futuro?

Quiero hacer una distinción entre lo que promuevo y lo que predigo. Cuando defiendo estas ideas frente a bioconservadores, tanto religiosos como seculares, tiendo a enfatizar que el alza de los valores hedónicos puede dejar intactos tus valores centrales, tus preferencias y tus relaciones. La elevación hedónica no implica sacrificar lo que te importa por la visión de paraíso que tenga alguien más. Al contrario, la recalibración hedónica solo enriquece tu calidad de vida por defecto. Esta recalibración no trae consigo una pérdida inherente del pensamiento crítico, la responsabilidad social, el potencial de crecimiento personal ni una disrupción de las relaciones interpersonales. Solo tienes que imaginarte despertando mañana (y cualquier otro día) de un humor extremadamente bueno, dispuesto y capaz de perseguir todo lo que valoras. Eso es lo que promuevo.

En la práctica, los humanos, transhumanos y poshumanos maduros probablemente habitarán estadoespacios de consciencia alienígenas sumergidos por completo en realidades virtuales con diferentes leyes de la física, distintas imágenes corporales y, sobre todo, modos de consciencia diferentes y estrafalarios. Lo que los humanos arcaicos llamamos el mundo "público" de la consciencia durante la vigilia, en otras palabras, estar "despierto", desaparecerá relegado al vertedero de la historia. Aquí hay 24 predicciones sobre la vida en el año 3000.

CS: Dices que "escribir implica tomarse más en serio de lo que la evidencia justifica".

DP: Claro. Vomitamos palabra tras palabra tras palabra. Debo haber escrito millones en Internet. ¿De verdad el mundo necesita más? Dicho esto, a veces las palabras tienen efectos transformadores, para bien o para mal. Con seguridad, más del 99,99% de lo que uno dice es verborrea, palabras que se las lleva el viento, para la mayoría de los lectores, la mayor parte del tiempo. Pero a veces, un escritor expresa una idea que te toca en lo más profundo de ti mismo, que puede deleitarte o atormentarte por años o quizás toda una vida. Así que hay que escribir con responsabilidad.

Te doy un ejemplo de algo que espero solo sea vanidad autoral. Escribo escasa y cautelosamente sobre riesgos de información y riesgos-s que realmente me preocupan porque temo causar daño sin proponérmelo. ¿Delirios de grandeza? Quizás. ¿Pero para qué correr el riesgo? La mayoría del tiempo somos artistas de la palabra trabajando con esfuerzo en la Biblioteca de Babel. ¿Cuándo será el día en que la inteligencia artificial escupa artículos de filosofía dignos de ser publicados y superiores incluso al trabajo de filósofos con décadas de experiencia? En realidad, pienso que la filosofía de la mente puede terminar siendo uno de los últimos bastiones de la academia que no sea producido por la I.A. La idea de que los zombies digitales llegarán a tener mayor autoridad sobre la sintiencia que posee unión fenoménica que los entes conscientes mismos es problemática. Pero quizás me equivoco y los filósofos orgánicos serán dados de baja.

CS: Las publicaciones físicas continúan existiendo... ¿por qué?

DP: Ciertamente. Compáralo con los manuscritos ilustrados de la Edad Media. Si los libros virtuales fueran la norma, es difícil imaginarse que se inventarían los libros físicos. En vez de hacer click en una referencia a través de un hipervínculo, el usuario debe escribir manualmente la URL: ¡qué ineficiente! Supongo que el fetiche por los libros impresos es, en parte, una función de la edad del lector. Yo, de corazón, soy de la Generación Z, aunque ahora me encuentro escribiendo un libro anticuado.

CS: ¿Buena relación con filósofos?

DP: David Chalmers se contactó conmigo cuando escribí una reseña The Conscious Mind; David es un verdadero caballero; la filosofía en todo su esplendor. Mi interacción con filósofos profesionales ha sido casi exclusivamente positiva, a pesar de la reputación de argumentativa que tiene la filosofía académica. Dicen que es mejor no conocer a tus héroes, pero Peter Singer es genuinamente simpático.

CS: ¿Malas experiencias?

DP: Por supuesto, no debe ser difícil encontrar filósofos que menospreciarían mi trabajo o dirían cosas poco halagadoras sobre el mismo, en especial el utilitarismo negativo o las cosas cuánticas ("neuronas de Schrödinger"). Pero las personas a las que no les interesa tu investigación no suelen entrar en contacto contigo. En esta economía basada en la atención, tomarse el tiempo de criticar el trabajo de alguien más, aunque sea para mal, es darle el cumplido definitivo. Además, autodenominarse "filósofo" en el mundo anglosajón cuando uno no tiene una posición académica pagada es mal visto socialmente. Cuando me preguntan, digo que soy "transhumanista". Lo que hace un transhumanista no está del todo claro.

CS: ¿La crítica filosófica más justa y punzante de tu trabajo?

DP: No creo ser el mejor para juzgar eso. Hace poco estuve de invitado en el Philosophy Forum. Puedes elegir de ahí.

CS: ¿El filósofo famoso más sobrevalorado?

DP: No disfruto hablar mal de los vivos ni faltarle el respeto a los muertos. Pero quizás el problema de Gettier no amerita acumular un volumen de literatura filosófica tan grande. Mi tormento real está muerto: Ludwig Wittgenstein. Su argumento contra el lenguaje privado es interesante, pero más allá de eso, creo que su influencia en la filosofía académica, en especial la del lenguaje ordinario fue desastrosa. La buena filosofía se informa de la ciencia. La gran filosofía destruye nuestros ingenuos esquemas conceptuales.

CS: ¿Filósofo favorito que no has conocido?

DP: Antti Revonsuo. En particular, aprecio Inner Presence por el desarrollo que hizo de la metáfora de la mente como simulación de mundo.

CS: ¿Por qué algunos Homo sapiens disfrutan tanto del sufrimiento? ¿Podría una vida de sufrimiento ser lo mejor para una persona?

DP: Usemos de comparación la historia de la cirugía. La anestesia, aunque brevemente controversial, cambió la historia. Volver atrás a los tiempos sin anestesia es impensable. Reconocemos que el nivel óptimo de sufrimiento durante una cirugía es precisamente cero. Sucede (yo creo) lo mismo con la vida misma: todo tipo de experiencia desagradable es patológica. Simplemente nos hacen falta las herramientas biológico-genéticas adecuadas para cambiar esto, además de la perspectiva para usarlas con sabiduría. Mientras tanto, acudimos a las racionalizaciones. Yo solía decir que el mayor obstáculo del proyecto abolicionista eran cuestiones ético-ideológicas en vez de técnicas. Pero la verdad es que el verdadero obstáculo para crear una biósfera civilizada es el sesgo que privilegia el statu quo. Para probar este punto, imagina un futuro basado por completo en gradientes de felicidad sensibles a la información. Si los humanos contemporáneos pudiésemos saborear aunque fuera por un momento esta dicha posdarwiniana, nadie (literalmente, nadie) añoraría con nostalgia los viejos tiempos llenos de tristeza y malestar. Sin embargo, hoy estamos rodeados de sufrimiento y de sus racionalizaciones.

Para ser justos, las racionalizaciones a veces son buenas. Los animales no humanos y los bebés humanos no pueden racionalizar su estrés de forma alguna, por lo que su sufrimiento puede ser peor que el de racionalizadores competentes. Pero esta estrategia es deseable solo para problemas que no tienen solución. Pronto, la racionalización del sufrimiento será innecesaria, porque este problema ya es corregible en un sentido técnico. Ningún ser sintiente necesita ni merece sufrimiento o dolor en ningún grado. La vida en la Tierra requiere de un sistema de señales más civilizado. Las máquinas de Turing clásicas tienen funciones de utilidad.
Los sistemas coneccionistas tienen algoritmos de entrenamiento.
La vida posdarwiniana puede estar basada en gradientes de felicidad sensible a la información.

CS: Puedo imaginar que algunas personas se opondrían a tus ideas de "reformas genómicas". ¿Es eugenesia?

DP: Claro, la palabra con "e" puede matar cualquier conversación: eugenics.org
¿Deberían los reformistas del genoma buscar lo que los lingüistas llaman "reapropiación": recuperar los epítetos despectivos para las personas de raza negra u orientación gay? ¿O acaso la palabra con "e" es irrecuperable, demasiado manchada por los abusos del pasado para ser salvada? El dilema es frustrante. Después de todo, las políticas de higiene racial del Nacionalsocialismo no tenían el objetivo de promover el bienestar de toda la vida sintiente. Por tanto, la idea de que las reformas genómicas son inherentemente neonazis, racistas o incluso derechistas es risible. Pero esta concepción persiste. ¿Me han comparado con Hitler? Por supuesto. Es inevitable.

A pesar de la retórica bulliciosa, cualquier reforma genómica estará plagada de peligros, tanto conocidos como desconocidos. Pero, al mismo tiempo, cualquier tipo de reproducción sexual es una serie de experimentos genéticos irrepetibles y sin garantía: el verdadero riesgo ético subyacente es el natalismo y la procreación, y no las aspiraciones de parentesco genéticamente responsable. La edición de líneas germinales expresa lo que los altruistas eficaces llaman "largoplacismo". La primera generación de altruistas eficaces era miope en cuanto al espacio y al tiempo. Existen vínculos estrechos entre el transhumanismo, la reforma genómica, el altruismo eficaz y la ética animal. Y sin la reforma genómica (está bien, la eugenesia) no podrá existir una civilización transhumanista que posea las tres "S": superinteligencia, superlongevidad y superfelicidad.

CS: ¿Es buena la neurodiversidad?

DP: Yo asocio la neurodiversidad con lo que se conoce, desafortunadamente, como trastornos del espectro autista. Por desgracia, los niños con autismo severo tienden a tener problemas graves; su incapacidad para "leer mentes" a menudo le trae menos alegría a sus cuidadores que los neurotípicos. En contraste, tenemos a los niños con síndrome de Down o Williams, que son alegres, tiernos y afectuosos. Por otro lado, tenemos personas con Asperger de alto funcionamiento como Isaac Newton y Jeremy Bentham que han hecho contribuciones inconmensurables a la civilización. Si el proyecto abolicionista ha de tener éxito, entonces éste probablemente le deberá más a "autistas" hipersistematizadores que a empáticos bondadosos. Por otro lado, tal vez el discurso de moda sobre la neurodiversidad es exagerado. Desde la perspectiva de la posteridad, toda mente darwiniana podría ser tan similar como lo son los escarabajos.

CS: No parece que tengas una fuente de ingresos. Tengo verdadera curiosidad. ¿Cómo obtienes dinero?

DP: ¡No soy un sofista! Mi modelo a seguir es Diógenes en su tinaja. Pero bien, para beneficio de la (estoy seguro que pequeña) minoría de lectores interesados en el nexo del dinero, solía comunicarme de forma errática con el transhumanista que creo fue Satoshi Nakamoto. De ser así, solo dios sabe cuánto valdrá su bitcoin cuando sea reanimado de la cámara criónica. ¿Cero o billones? Pero las criptomonedas no son el método principal por el que he mantenido a raya la pobreza. Los nombres de dominio fueron los NFT de mi generación: buenos dominios para un mundo mejor.

CS: ¿Mayores obstáculos políticas y económicos para el futuro que añoras?

DP: “Elon Musk: 'usemos la biotecnología para abolir el sufrimiento'"
Tristemente, esto (aún) no es un titular real, pero imagina el impacto que tendría ese avance. El proyecto abolicionista necesita fama, riqueza, carisma y (me atrevo a decirlo) un ególatra desbordante para sacarlo adelante. Se necesitan acciones más que mis discursos filosóficos sin fin. Como se dice: "obras son amores, que no buenas razones".

No vaticino obstáculos financieros insuperables para construir un paraíso, ya que una de las maravillas de la reforma genómica es que es barata. El costo de secuenciar y editar genomas va a la baja, al igual que el poder computacional. La edición genómica a gran escala será muy rentable. Piensa cuánto le cuestan al mundo los trastornos depresivos. De esta misma forma, los impulsos genéticos sintéticos y ajustables ahorrarán dinero al erradicar enfermedades transmitidas por vectores en humanos y no humanos por igual. Compara los bienes de estatus que al ser escasos su precio solo aumenta. Afortunadamente, no será necesario racionar el código fuente que contenga el sustrato de la felicidad. Es cierto que los estudios piloto para crear pequeñas biósferas artificiales aisladas y rebosantes de felicidad serán caros. Habrá que resolver esos problemas iniciales, pero con la ayuda de la inteligencia artificial, la nanotecnología y la robótica, ni siquiera un estado de bienestar que abarque a todas las especies será económicamente restrictivo. A fines de siglo y después, cada metro cúbico del planeta será fácilmente vigilado, administrado y controlado. Obviamente, este tipo de retórica orwelliana desencadena en uno alarmas, pero los animales no humanos son como infantes; sus vidas no contienen el mismo tipo de problemáticas relacionadas con la privacidad que los asuntos humanos.

Por el contrario, me atemorizan los obstáculos políticos a la reforma genómica. Albergo fantasías de ver a Greta Thunberg arengando a la ONU para que estén a la altura de las obligaciones que se han imppuesto en sus estatutos y finalmente promuevan la salud por medio de la OMS. Por tristeza, son meras fantasías y no una campaña de lobby en acción. A pesar de este pesimismo político a corto plazo, me inclino por el determinismo (bio)tecnológico. Cuando comience la transición posdarwiniana, remplazar la biología del sufrimiento por gradientes de felicidad será tan incontrovertiblemente inevitable como la cirugía sin dolor lo es en la actualidad. Ya sabemos que una revolución de la biofelicidad es posible desde un punto de vista técnico: tenemos los planos. Por lo tanto, esta revolución ocurrirá en algún momento. Tentativamente, me adhiero a una versión de la hipótesis de la convergencia. [En contraste con la Tesis de ortogonalidad] El eje dolor-placer desvela la medida de (des)valor intrínseca al universo. Las superinteligencias poshumanas no tendrán falsas teorías sobre la identidad personal. Siendo así, nuestros sucesores no acapararán la felicidad para ellos solamente. Hay razones técnicas para creer que el futuro de nuestro cono de luz es feliz.

CS: ¿Cómo ves el futuro de la filosofía?

DP: Al final del día, en mi opinión, todo lo que la filosofía abarca desde la metafísica hasta la filosofía de la mente, e incluso la ética(sic), será engullido por (una versión posmaterialista irreconocible de) la ciencia. Y toda la ciencia se deriva, al fin y al cabo, de la física cuántica. En la práctica, me temo que a la filosofía aún le queda un largo futuro.

CS: Pareciera que las personas estamos usando Internet, en especial las redes sociales, no para hacernos felices, sino para generarnos un estado perpetuo de agitación. ¿Frenesí? En lo que respecta a Internet, ¿qué nos está pasando a nivel psicológico?

DP: Así es. Mi foco es dolor mental y físico severo, pero muchas personas modernas están deprimidas, ansiosas o aquejadas. Aburridas. El tedio de la vida se desvanece cuando pasas intercambiando ideas (o insultos) vigorosamente en las redes sociales.

CS: ¿Obra de ficción favorita?

DP: Cándido, de Voltaire.

CS: ¿Películas?

DP: La trilogía de The Matrix. Cuando vi The Matrix, empecé a cuestionarme seriamente si no terminaríamos siendo todos partidarios de las simulaciones de mundo o realistas inferenciales. Sin embargo, la psicosis adaptativa del realismo perceptual directo está demasiado adherida a nuestra arquitectura mental.

Pero también disfruto de James Bond y Jason Bourne.

Tengo fantasías indignas de un pacifista.

CS: ¿Serie de televisión?

DP: Blackadder.

CS: ¿Música?

DP: Aquí hay una lista.

CS: ¿Qué haces en la actualidad para relajarte?

DP: “Relajarse” evoca una liberación de las tensiones demandada por un estilo de vida estresante.

Yo estoy bastante relajado. Para relajarme aún más, disfruto los videojuegos de disparos en primera persona, en especial, Modern Combat Versus.

CS: ¿Algún proyecto interesante en el horizonte?

DP: La mitad de la gente que conozco parece estar escribiendo un libro. Para no ser menos, empecé a trabajar en "La revolución de la biofelicidad". Me apresuré un poco. Un amigo y simpatizante portugués, Duarte Balthazar, diseñó una portada espléndida, que en un impulso subí a las redes sociales. El lanzamiento de mi nueva portada tuvo buen recibimiento. La convención social dicta que la acompañe de texto- "La revolución de la biofelicidad" es (o más bien, será) una actualización de "El imperativo hedonista" con un lenguaje más amigable. Es una locura que el IH aún no sea sabiduría ortodoxa. Hasta que "La revolución de la biofelicidad" no sea publicado, en Kindle se encuentra una colección de mis ensayos virtuales, ¿Puede la biotecnología abolir el sufrimiento?, que fue reunida amablemente por mi colega danés, el bioético con foco en el sufrimiento Magnus Vinding. Aquí se encuentra un PDF.
Y actualmente estoy ordenando mis respuestas de Quora.

CS: Si fueras el rey del mundo, ¿cuál sería tu primer movimiento?

DP: Los filósofos reyes tienen un historial pequeño y poco destacado. Pero si se me obligara a asumir la posición, lo primero que haría sería abolir la agricultura animal, establecería un ingreso básico universal, daría acceso universal gratuito a la terapia genética (cribado genético preimplantacional, asesoría y edición genómica para futuros padres). Fundaría institutos enfocados en diseñar el paraíso, disciplina que establecería como parte del currículum obligatorio de educación. Como rey del mundo, usaría el dinero desperdiciado en la carrera armamentista para crear un estado de bienestar que abarcara a todas las especies.

¿Existen ramas de la función de onda universal con baja amplitud donde este escenario llega a suceder?

La mecánica cuántica sin el postulado del colapso de la función de onda es sobrecogedora.

CS: ¿Cuál sería tu última comida?

DP: Mi tradicional mezcla saludable de frutos secos, semillas y ensalada, junto con un cocktail de píldoras y una línea de heroína (¡no cicuta!) antes de entrar al tanque criónico.

CS: Si pudieras preguntarle a una entidad omnisciente, omnibenevolente y perfectamente honesta una sola pregunta y recibir una respuesta, ¿qué sería?

DP: ¿Qué puedo hacer para minimizar el sufrimiento de manera más eficaz?

[Entrevistador: Cliff Sosis]


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